ANIMACIÓN SOCIOCULTURAL EN LA TERCERA EDAD

Es muy importante que las personas de la tercera edad se mantengan activas para no volverse sedentarias. De esta forma, el mayor gozará de una buena salud mental y física.

Al hacernos mayores solemos abandonar nuestros hobbies y las relaciones sociales. Nunca debemos dejar de hacer lo que nos gusta ni dejar de contactar con las personas y el entorno. Esto favorecerá nuestro estado de salud y bienestar, a parte de evitar el sentimiento de soledad, tristeza e impotencia.

También es muy importante hacer que los mayores se sientan útiles, para ello, es necesario integrarlos en la sociedad. 7


Hay muchas teorías sociológicas acerca de la vejez. El enfoque desde el que trabaja la animadora del centro, es la teoría de la continuidad, esto es, que se entiende la vejez a nivel social como una prolongación de las anteriores etapas de la vida.

Por lo tanto, tratamos de ofrecer experiencias de aprendizaje y desarrollo personal en esta etapa, manteniendo un entorno estimulante y adecuado a sus necesidades, para conseguir su bienestar.

Los objetivos de la animación sociocultural en la tercera edad  se pueden resumir en:

Conseguir la vitalización de los residentes: potenciando habilidades personales, la autonomía, la autoestima, y trabajando la actividad física y mental.

Ofrecer un tiempo libre de calidad: ofreciendo variedad y calidad en las actividades culturales y creativas.

Potenciar y facilitar las relaciones interpersonales: facilitando puntos de encuentro y la participación activa.

-Construir una alternativa a la visión negativa del envejecimiento: manteniendo una conexión con la realidad del mundo y fomentando el aprendizaje continuo y el espíritu lúdico.

DOS TIPOS IMPORTANTES DE JUEGOS PARA LA TERCERA EDAD:

1. La gimnasia mental es muy importante para evitar el deterioro cognitivo, envejecimiento cerebral y pérdida de memoria. Ejercitar nuestro cerebro nos ayudará a aumentar nuestra memoria y sabiduría, a parte de mantener nuestra concentración y nuestros recuerdos activos.

2. La actividad física también es extremadamente importante para la salud de nuestros mayores. Los huesos y los músculos se han vuelto más vulnerables y debemos ejercitarlos para evitar enfermedades y lesiones físicas. Es recomendable un mínimo de 30 minutos diarios de ejercicio físico y aumentar poco a poco el ritmo, según las limitaciones de cada paciente. 

El ejercicio aeróbico es la mejor opción para las personas de la tercera edad, ya que la resistencia ayuda a retrasar el envejecimiento. (Nadar, bailar, correr, caminar…)

Consideramos útil disponer de una clasificación de actividades para despertar el interés de las personas a quienes van dirigidas. Ander-Egg (1989) propone una muy adecuada:

1. Actividades de formación. Es muy interesante plantear la vejez como una etapa para el aprendizaje. La participación en un grupo puede facilitar esta decisión, a veces teñida de estereotipos que hay que superar: la falta de memoria, las dificultades en el aprendizaje, el miedo al fracaso, etc. 

    Afortunadamente, empezamos a tener ejemplos satisfactorios: las aulas de extensión universitaria, las escuelas de adultos, el aprendizaje de idiomas; son espacios donde cada día aumenta la presencia de personas mayores, con todo el significado positivo que conlleva para la imagen de la vejez como etapa de desarrollo personal.

2. Actividades de difusión cultural. Promover visitas culturales, conferencias, talleres; que permitan el acceso, el disfrute y la comprensión de los bienes culturales.

3. Actividades de expresión artística. Promoción de la artesanía, la música, el teatro, la danza, la literatura, la fotografía; buenas propuestas para desarrollar la creatividad y la libertad de las personas.

4. Actividades lúdicas. Excursiones, viajes, actividades físicas, juegos deportivos, fiestas tradicionales; son las más indicadas para iniciar un proyecto sociocultural porque favorecen la convivencia, mejoran el estado físico y permiten disfrutar de la compañía de los otros y de actividades divertidas y agradables.

5. Actividades sociales. Promoción del asociacionismo, el voluntariado, la participación de las personas mayores en la comunidad, evitando la exclusión y el paternalismo y valorando las capacidades de las personas.


En definitiva, cualquier actividad que reúna a las personas mayores con el fin de organizarla y llevarla a cabo y eso favorezca que entre ellas hablen, cooperen, rían, se ayuden, resuelvan dificultades y tengan ganas de volver, es una buena actividad.




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